Todas las Culturas Importan
¿Aborda la diversidad cultural en su práctica de consejería?
Por qué todas las culturas importan.
Como colombiano que emigró a Canadá hace casi 20 años, he tenido buenas y no tan buenas experiencias en mi proceso de aculturación. Hace muchos años, tuve la gratificante experiencia de trabajar para una embajada de otro país en Ottawa (la capital canadiense). Recuerdo una vez que me encontraba proporcionando información por teléfono sobre las opciones para que una pareja canadiense pudiese vivir en el país al que en ese momento estaba yo representando. En medio de mi explicación, uno de ellos me interrumpió y dijo “cortésmente”, “¿puedo hablar con alguien que no tenga un acento como el tuyo?” Aun respondiendo respetuosamente que como oficial de información estaba capacitado para brindar la información requerida, no fue suficiente para que esta persona confiará en el entrenamiento y experiencia ya adquirida. Conclusión, decidió no seguir hablando conmigo debido a mi marcado acento hispano en inglés. Sin dar más detalles sobre cómo al final manejamos la situación, no puedo expresar lo frustrante que fue la situación para mí en ese momento. Al final, opte por ver la situación como una oportunidad de aprendizaje para crecer profesional y personalmente.
Como psicólogos clínicos necesitamos un proceso constante de autorreflexión y una sólida comprensión teórica del impacto de la cultura y subculturas en nuestros pacientes. Los psicólogos o psicoterapeutas debemos reconocer que las culturas son dinámicas y cambiantes y nunca se estancan. Lo que era normativo en el pasado probablemente sea diferente hoy o viceversa. Una situación similar ocurre con nuestras creencias y prejuicios. Incluso algunos comportamientos que son o fueron normativos en el sentido de ser comunes entre los miembros individuales de un grupo, tribu o clan, no son necesariamente normativos en el sentido de ser valorados como sociedad culturalmente; tal comportamiento puede ser una manifestación de disfunción (VandeCreek & Knapp, 2007).
Por ejemplo, en Canadá antes del 2009, era “normativo” que alrededor del 57% de las mujeres aborígenes hubiesen sido víctimas de abuso sexual (Canadá, 2009). Esta práctica recurrente y desadaptativa no significaba que la cultura canadiense hubiese tolerado, aceptado o valorado tal abuso. En casos como este, miembros de un grupo optan por incentivar o ejecutar comportamientos desadaptativos y/o disfuncionales para que sean parte de o se sientan “pertenecientes” a un grupo de referencia en particular. Dentro de las necesidades básicas del ser humano, la necesidad de ser aceptados o ser parte de un grupo es una de las más relevantes. En otras palabras, estar incluido o sentirnos “perteneciente” es característica del proceso que en psicología llamamos “sesgo intergrupal.” Por consiguiente, los psicólogos debemos adquirir o desarrollar más nuestras competencias multiculturales para poder entender y orientar terapéuticamente a aquellos pacientes, de diferentes orígenes culturales, orientaciones sexuales, credos o color, que hayan ejercido o experimentado traumáticas y/o estresantes situaciones de inclusión en sus vidas.
Algo que me ha ayudado a entender a mis pacientes con diferentes raíces culturales es reconocer y aceptar “que no sé lo que no sé” o en otras palabras “no hablo de lo que no sé”. Si no pregunto a mis clientes sobre sus antecedentes culturales y su efecto en ellos, ciertamente no tendré la “foto completa” de la situación que han vivido (desafortunadamente algunos colegas optan por entender comportamientos basados en estereotipos). Debo conocer y manejar muy bien los fundamentos teóricos de mi modelo psicológico y tener un plan terapéutico sólido para indagar y conocer más sobre el bagaje cultural de mi paciente. De esta manera, la probabilidad de llevar una conversación terapéuticamente fructífera será mucho más probable. En conclusión, no solo se trata solo de conocer mi enfoque psicológico y las diferentes formas de aplicar mis técnicas, sino también de verificar regularmente mis supuestos culturales e indagar académicamente sobre ellos. Esto de seguro, nos llevará a establecer una mejor relación con nuestros pacientes y, por lo tanto, mejores resultados terapéuticos. Recordemos que el recurso más poderoso que tenemos como psicoterapeutas es nuestra capacidad para escuchar activamente, y demostrar honestamente que ellos, nuestros pacientes, realmente nos importan (Warner R., 2010).
David
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Actualmente me encuentro registrado en el Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPSIC) y como Psicoterapeuta (Qualifying) en el Colegio de Psicoterapeutas de Ontario, Canadá (CRPO). Además, coordino el segmento “Hablando con la Comunidad” en el programa “Conexiones”, que se transmite todos los domingos desde la emisora de radio de la Western University of London, 94.9 FM.